Se preparan a las 7 de la mañana. Tiene que darse un tiempo de una hora u hora y media para que haga efecto la salsa con la que se cuecen los tacos y se sudan. Se llevan a la venta. Los hacen de frijol con chorizo. Papa con chorizo. Mole verde. Mole rojo. Chicharrón en verde. Uy, no hay a cuál irle.
Y viene la ambivalencia. Quieres y desean que vendan todos los tacos y a la vez no. Sí, pues pa'sacar pal'chivo. Y no, porque a las 5 de la tarde es todo un agasajo la gula de zamparse dos o tres o cinco tacos de estos sabores tan nuestros. Como si llevaran una deidad traen los dejados más deliciosos que se hayan imaginado. Por qué? Están todavía tibios los tacos. El sabor de la cebolla cocida con la salsa y el calor es maravillosa. Y la consistencia de los taco. Uyuyuy!
Qué les platico. Mejor se los muestro. Hoy quedaron 4 pero uno cumplió con deber de la canasta al plato.
Pd.- siempre pido que hagan 5 de más. Y a veces hay una persona que sabe la hora y debe tener la misma gula que yo y se agandalla mis tacos sudados. Pero hoy, aquí están!!!!
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